Los sapos son unos anfibios muy comunes que se caracterizan por tener verrugas, una piel muy seca con unas glándulas que reciben el nombre de “parotoides”…Dichas glándulas producen un pequeño líquido que es venenoso y que sirve a estos animales como sistema de defensa de sus depredadores, que pueden ser serpientes, mapaches o aves rapaces. Aunque los sapos sean animales de un tamaño bastante reducido, este veneno es muy potente y puede causar la muerte de muchos animales de pequeño y mediano tamaño y a los humanos puede producirles algunas alergias.

Pero los sapos no se defienden de sus enemigos solo con ese veneno llamado “bufotoxina”, sino que también pueden inflar su cuerpo para parecer menos apetitosos o mezclarse y camuflarse en el entorno gracias a sus colores, casi siempre marrón o verde. Sin embargo, también existen sapos de colores más brillantes, y ese brillo que tienen en su piel advierte a los enemigos de su peligrosidad: ¡son venenosos!

El sapo de menor tamaño se sitúa principalmente en América del Norte, y es el sapo de roble o Bufo Quercicus, que puede llegar a tener una longitud de poco más de 3 centímetros. En cambio, uno de los sapos más grandes conocidos puede llegar a medir hasta 23 centímetros, y recibe el nombre de sapo de caña o Rhinella Marina.

A su vez cada especie de sapo emite un sonido distinto, una especie de llamada que suele ir dirigida al apareamiento. Los machos, por ejemplo, emiten sonidos especiales para atraer a las hembras y para mantener al resto de machos bien alejados de su zona. Una vez que se consigue el apareamiento y se fertilizan los huevos nacen los “renacuajos” (o larvas de anfibio), es decir, las crías de los sapos adultos.

Los renacuajos, antes de desarrollar las patas, tienen colas para nadar y branquias para poder respirar debajo del agua. A medida que pasa el tiempo su cola se vuelve cada vez más pequeña hasta que finalmente desaparece, al igual que sus branquias, que también se pierden. Y es que el renacuajo ya no necesita nada de eso, porque gracias a las patas que le crecen al hacerse mayor ya no necesita permanecer todo el tiempo debajo del agua y puede llevar una vida terrestre. A este proceso le podemos denominar “metamorfosis”, y es un proceso que dura unos dos meses y que convierte a los renacuajos en sapos adultos.

Como curiosidad debes saber que no todos los sapos viven esa etapa de renacuajos. Sin embargo, sí que todos los anfibios necesitan una fuente de agua no contaminada para reproducirse.

 

sapo en bosque

 

Qué comen los sapos

 

Al igual que las ranas la mayoría de los sapos comen insectos y otros artrópodos, aunque algunas especies se alimentan de reptiles, pequeños mamíferos o incluso otros anfibios. Lo único seguro es que los sapos tienen siempre mucho apetito y pueden llegar a tragarse a sus presas (habitualmente babosas, escarabajos, orugas u hormigas) completamente enteras y vivas. ¡Incluso algunas presas más grandes como ranas o ratones!

La tradición dice que los sapos siempre han sido grandes amigos de profesiones como la de jardinero, y pueden llegar a ser animales muy amigables y dóciles. ¿Has probado alguna vez a llamar a alguno? ¡Tal vez consigas que te haga caso!

 

Dónde viven los sapos

 

Los sapos se encuentran en todos los continentes, excepto en la Antártida, aunque los sapos adultos suelen preferir los climas húmedos y muy abiertos, llenos de campos y praderas. Aunque también es habitual ver sapos en jardines y patios (como el sapo americano o Anaxyrus Americanus) o incluso sapos de ciudad, como los sapos comunes que podemos encontrar fácilmente en Gran Bretaña especialmente en verano.

El invierno no es la época favorita de los sapos, por eso es habitual que en dichos meses de frío desaparezcan y se refugien en agujeros hechos por otros animales o en resquicios y refugios.

 

el sapo

 

¿En qué se diferencian el sapo y la rana?

 

Muchas personas confunden las ranas con los sapos y viceversa, por lo que a continuación te añadimos unas breves características básicas para aprender a diferenciarlos:

  • Los sapos tienen piel seca y verrugosa y patas más cortas que las ranas.
  • Los sapos se arrastran y las ranas se mueven con saltos cortos.
  • Las ranas tienen una cabeza y una forma más angular en comparación con los sapos.
  • Solo las ranas tienen un parche o cresta oscura detrás de sus ojos.
  • Las ranas ponen sus huevos en grupo, mientras que los sapos los ponen en hileras.

 

Otros datos curiosos sobre los sapos

 

  • Si tocamos un sapo no nos convertiremos en rana ni nos saldrán verrugas, pero sí que podríamos tener una leve irritación causada por la toxina (una especie de leche blanquecina) que genera su piel contra los depredadores.
  • Varias especies de sapos están clasificadas como especies en peligro o amenazadas, y la mayor amenaza a la que se enfrentan es el deterioro del medio ambiente, así como la presencia cada vez mayor de especies invasoras.
  • La mayoría de sapos viven entre 5 y 10 años, salvo el sapo común (Bufo Bufo) que puede llegar a vivir… ¡hasta 40 años!

 

los sapos


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