El simbolismo

ORIGEN DEL SIMBOLISMO

Los mejor del arte es que podemos decir cosas de una manera que no podemos hacer con las palabras. Como dice el dicho, “una imagen vale más que mil palabras”, y esto es gracias al simbolismo que encontramos en ellas, en las imágenes. Un término que define también el estilo artístico del que hablaremos a continuación. Pero el simbolismo también puede ser considerado como un movimiento literario, además de artístico, que nació en Francia en 1886. El estilo, concretamente, había nacido con la publicación de “Las flores del mal” en 1857, una obra del escritor Charles Baudelaire, aunque las obras de Edgar Allan Poe también fueron una influencia muy importante.

Jean Moréas, un poeta y crítico griego afincado en Francia, fue el que utilizó por primera vez la expresión “simbolista” para distinguir a los artistas simbolistas del arte de otros artistas de otras corrientes y campos. Era un estilo, en definitiva, relacionado con la forma en la que usamos símbolos para representar ideas complejas con poco. Por ejemplo, el color rojo lo utilizamos para expresar cosas como la sangre, la pasión, el amor, el fuego…, por lo que es un color activo, poderoso. De la misma manera podemos considerar el color verde como algo natural, pacífico…o el azul como un tono más fresco, inofensivo, de justicia. Todos estos son simbolismos, como los que pueden utilizarse en la creación de obras de arte. Para las personas que se movían en el período simbólico, una misma consigna (es decir, principio o valor original) era la de que el mundo era un gran misterio al que, con el arte, podíamos darle un auténtico sentido.

La belleza reinaba en el simbolismo y los artistas trataban de buscar el contenido poético en el interior de las verdades universales. Pero, ¿cuáles son esas verdades universales? Pues cosas como la espiritualidad, los sueños o la imaginación, por lo que estos (junto a otros temas como la mitología), fueron la base de este movimiento de corte profundo, bastante relacionado con el goticismo del periodo romántico.

En otro orden de cosas, este movimiento fue considerado como la cara contraria de lo que había sido el Naturalismo y el Realismo, que consideraban arte el plasmar la realidad más exacta, sin darle importancia a la fantasía o lo irreal. También consideraban que la expresión de un artista no tenía por qué verse como algo inamovible, sino que podía haber libertad para la interpretación. Un espectador siempre tendrá una manera personal de ver o de interpretar las cosas que plasme un artista.

FRIDA KAHL Autorretrato con collar de espinas y colibrí
PICASSO - El Guernica

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES Y EJEMPLOS

Una de las mayores características que poseía el simbolismo era la de oponerse al mundo de lo tecnológico. Para ser más claros, debemos tener en cuenta que en aquella época el mundo se encontraba en plena Revolución Industrial, y tantas máquinas en conjunto con el hombre habían hecho que perdiera su rumbo espiritual, por lo que había que acercarlo de nuevo a sus raíces. En este sentido, los artistas querían independizar el arte del resto de los campos de la vida (como la economía, la política, etc.).

En la literatura se usaba el simbolismo para hacer referencia a otros sentimientos difíciles de expresar, como por ejemplo el uso de colores para expresar sentimientos, sentidos, tiempos…, entre otros. Rubén Darío y Salvador Díaz Mirón son buenos exponentes del simbolismo literario.

En el lado del arte, tenemos ejemplos de elementos simbólicos muy utilizados en las obras, como eran los cisnes, que eran representantes de la pureza, o los pavos reales, que eran considerados un gran símbolo de la belleza, de la vanidad o de la superioridad. Los paisajes con colores creativos se utilizaban también para representar la soledad y la búsqueda personal, y la figura femenina representaba a veces cosas abstractas y prohibidas.

Y si hablamos de artistas famosos de este período, sin duda podemos destacar a la pintora mexicana Frida Kahlo, al pintor y escultor malagueño Pablo Picasso, al pintor alemán Gustave Klimt, al pintor y escultor inglés George Frederick Watts, al postimpresionista francés Paul Gauguin, o a los también españoles Eduardo Chicharro y Julio Romero de Torres.

JULIO ROMERO TORRES La chiquita piconera
KLIMT El beso

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