El reino de Al-Ándalus

En el siglo VII, Mahoma fundó una nueva civilización en la Meca llamada Islam. Esta religión defendía la existencia de un único ente supremo (monoteísmo), rechazando las creencias politeístas que dominaban Arabia en ese momento.

Tras la muerte de Mahoma en el año 632, sus continuadores formaron un gran imperio que se llamó el Califato árabe y se extendió, junto a su religión musulmana, tanto a Oriente como a Occidente. Este imperio era encabezado por el Califa, príncipe musulmán que representaba la principal autoridad política y religiosa en toda Arabia, el cual se apoyaba en gobernantes regionales para ejercer su mandato.

INVASIÓN MUSULMANA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

El reino de Al-Andalus

En el siguiente siglo, concretamente en el año 711, la Península Ibérica se vio invadida gradualmente por los musulmanes. Familias provenientes del este y agricultores procedentes de las costas del mediterráneo y los oasis, se fueron asentando poco a poco en esas tierras. Con el paso del tiempo ese territorio pasó a llamarse Al-Ándalus y tuvo su capital en Córdoba (España).

Durante casi ocho siglos los musulmanes estuvieron ocupando estas tierras, y aquello trajo consigo un proceso de islamización por parte de los conquistadores sobre la población que antes habitaba, en un proceso de varias etapas: primero fue un emirato (provincia) del Califato de Damasco, luego un emirato independiente, y desde el año 929 d.C. fue un Califato, con un califa que tenía también poder religioso.  

En el año 1031 el territorio se dividió en pequeños reinos (reinos de taifas) que acabaron sometidos a imperios norteafricanos. A partir del siglo XIII únicamente quedó el reino musulmán de Granada, pues, aunque empezaron controlando toda la Península, pronto abandonaron la zona cantábrica y la zona de los Pirineos.

Es curioso que, aunque los musulmanes eran poco tolerantes ante la presencia de otras religiones, en Córdoba vivieron en armonía judíos, cristianos y musulmanes, tras la conversión de la Hispania romana en uno de los centros intelectuales de la cultura islámica.

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EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE AL-ÁNDALUS

A los hispano-godos sometidos a un gobierno musulmán se les permitió mantener su religión cristiana (mozárabes) y se ofreció una reducción de impuestos a los que se convirtieron al islam (muladíes).

La nueva agricultura (con nuevos productos y mejoras técnicas), el comercio y la ganadería, constituyeron los pilares de la economía de Al-Ándalus. Existían distintos grupos en la sociedad, por un lado los musulmanes: árabes, bereberes y muladíes; y por otro los no musulmanes: mozárabes, judíos y esclavos. 

Los musulmanes siguieron cultivando trigo, vid y olivo como de costumbre, e impulsaron gracias a avances tecnológicos como la noria y los pozos, la llamada agricultura de regadío. Desde Oriente, nuevos cultivos fueron adoptados como la caña de azúcar, el arroz y los cítricos. Los avances de la agricultura dieron sus frutos, el excedente de las cosechas aumentó y venderlos en el mercado significó un gradual crecimiento de la economía.

Más tarde, Al-Ándalus llegó a formar parte de los circuitos comerciales del califato que llegaban hasta la India, y es que el comercio se había convertido ya para entonces en una gran fuente de riqueza.

En cuanto a la religión, hacia finales del siglo XI los musulmanes se mostraban por lo general más tolerantes con otras religiones que los reinos cristianos del norte, aunque serían estos últimos los que fueran extendiéndose hacia el sur conquistando territorios de Al-Ándalus poco a poco.

La herencia cultural que dejaron los musulmanes en la cultura española fue muy rica y aún persiste: música, gastronomía, bailes, arte y monumentos, palabras, números, tecnología agrícola…y un largo etcétera.

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LA RECONQUISTA

La invasión musulmana no había sido bien recibida por los cristianos, por lo que desde su comienzo, estos intentaron recuperar sus tierras luchando y resistiéndose a la imposición musulmana. Este periodo se conoce en la actualidad como Reconquista, y no sería hasta el año 1492, tras 724 años de lucha, cuando los cristianos consiguiesen expulsar a los musulmanes finalmente de todas sus tierras.

El último rey musulmán que dictaba en España, específicamente en la ciudad de Granada, llamado Boabdil, fue expulsado por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, el 2 de enero de 1492. La tolerancia religiosa que existía hasta entonces con la convivencia de distintas religiones, también desapareció, aunque no la riqueza social ni cultural que se había creado.

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