El Mesolítico: la edad de piedra media

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Durante el Mesolítico, que fue la segunda etapa del periodo prehistórico tras el Paleolítico (que duró millones de años), los seres humanos comenzaron a experimentar importantes cambios en su día a día. El descubrimiento del fuego les había permitido ver que se podía vivir de otras maneras, así como ampliar el número de recursos con los que cocinar y alimentarse bien, profundizando en la pesca como nunca antes lo habían hecho y utilizando herramientas para ello como los arpones, las redes o los anzuelos. Seguían recolectando y cazando, claro está, pero cada vez permanecían más tiempo en un mismo asentamiento, cerca de fuentes de agua como los lagos o los ríos, donde podían disponer con facilidad de otro tipo de recursos naturales e incluso intercambiarlos con otras personas mientras socializaban y seguían trabajando en la piedra o en el arte rupestre.

¡Cada vez los seres humanos se iban adaptando mejor al medio!

QUÉ ES EL MESOLÍTICO Y CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

El Mesolítico o “Edad de la Piedra Media” es un término arqueológico utilizado para referirse a las culturas que tuvieron lugar entre el Paleolítico y el Neolítico (las otras dos etapas de la Edad de Piedra), cuyo origen etimológico podemos encontrar en el idioma griego, pues la palabra mesolítico proviene del griego “mesos” y “lithos”, que viene a significar “piedra media”. Esto nos da una idea de la importancia que continuó teniendo en aquel tiempo el perfeccionamiento del trabajo de la piedra en la fabricación de herramientas con las que poder vivir, trabajar y conseguir recursos, justo antes del periodo de la “piedra nueva” o Neolítico.

Podemos situar el origen del Periodo Mesolítico en torno al año 12.000-10.000 antes de Cristo, aunque las fechas de inicio y finalización varían según la región geográfica, pudiendo llegar hasta el 5.000 a.C., ya comenzada  la Edad de los Metales. Por ejemplo, en algunas zonas como en el Cercano Oriente, la agricultura y la ganadería ya estaban en marcha a finales del Pleistoceno (etapa anterior al Holoceno, la época posglacial), por lo que allí el Mesolítico fue un periodo mucho más corto.

características del mesolítico

Por el contrario, aquellas zonas que experimentaron más los efectos del cambio climático tras la última era glaciar, tuvieron un Periodo Mesolítico mucho más extenso e intenso, llegando a durar incluso milenios. En este sentido, otro ejemplo es el de las zonas del norte de Europa, donde las sociedades vivieron de los abundantes suministros alimentarios de las marismas y esas condiciones dieron lugar a comportamientos y restos artísticos muy característicos y significativos, retrasándose en consecuencia la llegada del Neolítico (en torno al 4.000 a. C.) en dichas zonas.

En cuanto a las características principales de este periodo de la Prehistoria, podemos decir que fueron: el aumento de las temperaturas, un mayor número de alimentos disponibles, un avance en tecnología y diseño de herramientas importante, el incremento del número de seres humanos (gracias a los asentamientos cada vez más largos y a la mejora de la alimentación) o la aparición de nuevas formas y técnicas en el mundo del arte. Además, durante el Período Mesolítico, los humanos desarrollaron cosas tan interesantes como los grabados o las cerámicas, y perfeccionaron mucho sus pinturas rupestres, capaces de reflejar cada vez con mayor detalle su vida cotidiana, con detalles de figuras humanas cada vez más realistas.

el arte y la cerámica del mesolítico

VIDA COTIDIANA EN EL MESOLÍTICO: SOCIEDAD, CULTURA Y RELIGIÓN

Durante la Era Mesolítica los humanos desarrollaron también herramientas más complejas y formaron grandes asentamientos. Las culturas practicaban ceremonias sociales y religiosas, como el enterramiento de sus muertos, y avanzaron mucho en las técnicas agrícolas, aunque en algunas zonas las poblaciones continuaran siendo cazadoras-recolectoras (algunos pueblos del Mesolítico continuaron con la caza intensiva, mientras que otros practicaron las etapas iniciales de la domesticación).

agricultura y domesticación en el mesolítico

La agricultura también se había ido introduciendo y desarrollando en diferentes momentos según la región, por lo que el fin del Mesolítico también varió según el caso, siendo estas las fechas aproximadas más aceptadas por los historiadores:

  • Sudeste de Europa – 7.000 a. C.
  • Europa central – 5.500 a. C.
  • Europa del Norte – 4.000 a.C.
  • Cercano Oriente – 9.000 a. C.

En cuanto a sus formas de expresión artísticas, los habitantes del Mesolítico continuaron con las formas de arte desarrolladas durante el período del Paleolítico Superior, incluidas las pinturas y los grabados rupestres, como acabamos de ver, o con la fabricación de pequeños artefactos escultóricos y arquitecturas megalíticas tempranas. El uso de pequeñas herramientas de piedra tallada, llamadas “microlitos” y láminas u hojas retocadas, fue el factor clave para identificar el Mesolítico como otro período prehistórico más.

Recordemos que el Paleolítico había sido una época basada en la caza y la recolección, pero en el período Mesolítico el desarrollo de la agricultura fue avanzando de tal forma que llegó a modificar la forma de vivir de aquellos humanos, contribuyendo al surgimiento de asentamientos permanentes (algunos asentamientos mesolíticos eran aldeas de chozas, otros ciudades amuralladas…no había un patrón único). Aunque lo cierto es que la comida no siempre estaba igual de disponible en todas partes, por lo que muchos se convirtieron en cazadores migratorios o se asentaron en refugios rocosos entre caza y caza. Sería en el periodo posterior cuando se llegaría un paso más allá en todo esto, con la domesticación ya plena de las plantas y los animales.

cazadores y alimentación en el mesolítico

Las poblaciones nativas del Mesolítico, por su parte, tardarían aún algún tiempo en asimilar del todo la forma de vida agrícola, comenzando únicamente con el uso de la cerámica y continuando con la caza de piezas más pequeñas gracias a sus arcos, sus lanzas o a sus puntas de flecha talladas en piedra. Y es que pasarían unos mil años hasta que, ya en el período Neolítico, se adoptara la cría de animales y el cultivo de plantas de una forma más permanente, algo fundamental para los nuevos modos de vida.

En cuanto a la cultura y el arte de este período, ambos reflejaron el cambio que se había producido hacia un clima más cálido, así como la adaptación que había supuesto a un estilo de vida nuevo y relativamente sedentario, con un tamaño mucho mayor de población y un consumo cada vez más progresivo de plantas, en una especie de transición hacia el Neolítico. Eso sí, es difícil encontrar un patrón único y constante durante todo el periodo, ya que, como hemos visto, todo dependía de las zonas geográficas. Por ejemplo, no es posible encontrar un tipo único de producción artística durante el Mesolítico, ya que probablemente continuaran en muchas zonas las formas de arte del Paleolítico Superior durante un buen tiempo. No olvides que… ¡los cambios bruscos e importantes no se producen de la noche a la mañana!

EL ARTE RUPESTRE EN EL MESOLÍTICO Y OTRAS CURIOSIDADES

La colección más extensa de arte rupestre mesolítico se ha encontrado en la costa mediterránea de España, con pinturas representando diferentes figuras humanas y animales en escenas de caza, pequeños rituales o actividades agrícolas como la recolección de miel. Pero lo cierto es que son abundantes las zonas de España en las que puede encontrarse arte de esta época, un arte consistente, generalmente, en pequeñas figuras pintadas de humanos y animales, que son las más avanzadas y extendidas que han sobrevivido de este período en Europa y posiblemente en el mundo.

arte rupestre en el mesolítico

La figura humana solía ser siempre el tema principal de las escenas pintadas y, cuando se encuentra en la misma escena que los animales, el humano solía aparecer corriendo hacia ellos. Por eso se entiende que las escenas de caza sean las más comunes, aunque también podamos encontrar escenas de batallas y bailes, de tareas agrícolas o de los primeros animales domésticos.

Para realizar todas aquellas pinturas en las rocas, dentro de cuevas y ya fuera de ellas también, las personas de la Prehistoria utilizaban una serie de pigmentos naturales que propiciaban colores muy básicos, como el negro, el rojo o el amarillo. Después, para poder pintar con dichos pigmentos procedentes de elementos naturales como la arcilla, utilizaban herramientas hechas con huesos o con plantas que se asemejaban a los pinceles, aunque también solían hacerlo con sus propias manos, las cuales también solían plasmar. Y, al ser grabados y pinturas que se hacían sobre las rocas, reciben el nombre de “arte rupestre”, al igual que las primeras esculturas, que solían ser pequeñas estatuillas hechas en piedra, además de en hueso.

Debes tener presente que el arte del Mesolítico y del Paleolítico era aún bastante básico, pero aun así nos permite conocer a todas aquellas personas y saber cómo era su día a día. Además, son obras que han permanecido durante miles de años y de las que aún podemos disfrutar, siendo las de Chauvet-Pont d’Arc en Ardèche (en los Alpes franceses), las de Altamira (en Cantabria, España) o las de Lascaux (al sur de Francia) las mejor conservadas del mundo.

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