El Neolítico: avance y progreso

Como hemos ido viendo, los períodos de la Prehistoria son bastante difíciles de datar, puesto que no en todas las zonas se avanzaba al mismo tiempo. Sin embargo, y a pesar de las diferencias entre regiones y fechas, podemos decir que el Neolítico es la última fase de la Edad de Piedra y que se caracterizó, fundamentalmente, por una verdadera transición hacia la agricultura y la ganadería, quedando ya atrás la caza intensiva o la recolección como forma de alimentación básica.

Ya en el Mesolítico, gracias a los cambios climáticos que se habían producido en el planeta tras las glaciaciones, los humanos fueron aproximándose a la agricultura poco a poco, y así hasta convertirlo en una profesión habitual en esa “revolución agrícola” del Neolítico con el cultivo de distintos tipos de plantas y con la domesticación de los animales, que pasarían a ayudar a los humanos también en dichas tareas y trabajos y a proporcionar nuevos alimentos, como la leche, o materiales como la lana.

Los humanos del periodo Neolítico ya no tenían que estar tan pendientes de lo que la naturaleza les brindaba, ni de ir de acá para allá buscando las mejores piezas de caza disponibles. Habían aprendido a sembrar y a obtener sus propios alimentos, junto a nuevas ropas y herramientas, y todo aquello les permitió dejar de ser nómadas y asentarse en un mismo hogar definitivamente… ¡Comenzaban a crearse las primeras sociedades sedentarias y organizadas!

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CARACTERÍSTICAS DEL NEOLÍTICO: LA EDAD DE LA PIEDRA NUEVA

agricultura y ganadería en el neolítico

Seguro que ya sabrás que las etapas de la Prehistoria son dos, la Edad de Piedra y la Edad de los Metales, y que el Neolítico es, a su vez, la tercera etapa de la Edad de Piedra, cuyo origen etimológico proviene del griego (de “néos” y “lithos”) y viene a significar “piedra nueva”.

Pero el Neolítico fue mucho más que eso, pues fue el origen de una nueva forma de vida para los Homo Sapiens (que ya se habían impuesto al resto de homínidos extintos demostrando una mejor adaptación al medio) gracias a la tarea de comenzar a cultivar alimentos propios y a esa nueva organización social que la agricultura y la ganadería permitió, al contrario de lo que ocurría durante el periodo Paleolítico. Por ello, el Neolítico fue absolutamente clave en la evolución humana: como consecuencia del abandono del nomadismo, del surgimiento del trabajo a través de la ganadería (cría de ovejas, cerdos, cabras…) y de la agricultura (con cultivos de legumbres, como las lentejas, o trigo y cebada), de la mejora de la alimentación, del desarrollo de las relaciones sociales…y todo hace unos 10.000 años de antigüedad nada más y nada menos. ¿No es increíble?

De esta forma fueron surgiendo los primeros asentamientos permanentes y aldeas, construyéndose casas fijas y más elaboradas, y formándose núcleos familiares que convivían juntos y se ayudaban unos a otros en las tareas del campo y en el cuidado del hogar. Poco a poco la sociedad se iba haciendo más y más compleja, y el disponer de más tiempo, debido al sedentarismo, permitió perfeccionar mucho más las herramientas y las elaboraciones cerámicas, que ya no servían solo para transportar y preparar alimentos, sino también para decorar. 

Las casas neolíticas se hacían con barro, con madera, con piedra pulida, con paja, con ramas…con elementos de la naturaleza que encontraban a su alcance y que les permitían hacer construcciones básicas pero más confortables y duraderas. Pero, ¿con qué herramientas?

  • Hoces: estas herramientas eran utilizadas para recoger las cosechas del campo.
  • Azadas: estas herramientas eran utilizadas fundamentalmente para arar la tierra.
  • Molinos: los molinos de mano se utilizaban ya durante el Neolítico para moler el grano.

Además, dichas viviendas ya no se construían solo para servir de refugio, descansar o protegerse del clima, sino que también servían como lugares de almacenamiento para todos los enseres y alimentos que tenían para esa vida cotidiana en común.

mapa del creciente fértil neolítico

Y de todos esos asentamientos permanentes del Neolítico que hubo, se cree que el más antiguo tuvo lugar en la llamada zona del “Creciente Fértil”, una amplísima zona también conocida como “Media Luna Fértil” (y hoy ocupada por países como Siria, Palestina, Israel, Jordania, Líbano o Irak), situada en torno al 10.000-8.000 antes de Cristo. 

LA VIDA COTIDIANA EN EL PERIODO NEOLÍTICO

¡Ahora recapitulemos un poco! ¿Recuerdas cómo era la vida de la Edad de Piedra antes del Neolítico? Cazar, refugiarse en cuevas del frío y de los periodos glaciares, comer alimentos crudos y frutos que hubiese en las zonas cercanas, trabajar la piedra para poder contar con mejores herramientas, hacer pinturas con cotidianas escenas de la vida de la Edad de Piedra…Todo un sacrificio que, afortunadamente, dio un giro radical con la llegada de la Edad de la Piedra Nueva o Neolítico a nuestro planeta.

Fue entonces cuando los seres humanos de la Prehistoria (que solo eran Homo Sapiens ya en torno al 10.000 a.C.) fueron sintiendo la necesidad de permanecer cada vez más tiempo en un mismo lugar y fueron buscando esos asentamientos de los que hablábamos. La aparición del fuego, sin duda, había sido crucial para que esto sucediera, pues resultaba mucho más fácil alimentarse, pero también permitía resistir mejor al frío sin tener que buscar nuevos emplazamientos, entre otras muchas cosas más. Y así fue cómo aquellos hombres y mujeres abandonaron el nomadismo y se hicieron sedentarios, comenzando a cultivar plantas en sus terrenos y a domesticar a los animales con el consecuente aumento de la población, y creando aldeas y pueblos cerca de los ríos para poder disfrutar del agua de los mismos y regar con ella los cultivos o cuidar a los animales.

primeros asentamientos del neolítico

Dichos pueblos, aldeas y comunidades agrícolas, pronto se irían organizando de manera más compleja, dependiendo también de las zonas geográficas, siendo normalmente dirigidas por jefes y líderes (surgen las jerarquías) que se encargaban del orden y de garantizar la seguridad, y así hasta llegar al surgimiento de las ciudades y de las civilizaciones, lo cual tendría ya lugar con la llegada de la Edad del Cobre.

Los humanos estaban avanzando muchísimo en todo, tras millones de años de evolución, y el arte también fue buena prueba de ello. El arte rupestre continuaba en un principio como uno de los sistemas de comunicación de la vida cotidiana más típicos del arte, con escenas de la Edad de Piedra cada vez más precisas, pero se cree que la pintura durante el Neolítico debió ir mucho más allá, pudiendo pintar sobre otros formatos (además de las rocas) que no se hayan conservado. Aun así, la pintura sobre roca también fue adquiriendo nuevos matices, con figuras mucho más esquemáticas (con elementos abstractos y geométricos) y de tipo monocromático. Esto probablemente se debiera, a la mejor comunicación que existía ya entre los humanos, motivo por el cual las figuras representadas no necesitaban ser tan precisas.

el arte durante el neolítico

Pero otras técnicas también avanzarían mucho, como la de la cerámica, con numerosos patrones y diseños poco vistos anteriormente, o la escultura, cuyas figuras empezaban a representar también a deidades y a tener un carácter mucho más ritualista. Por último, en el mundo de la vestimenta, surgirían nuevos objetos como las joyas, pensadas para adornar y para señalar diferentes jerarquías y estatus, o, a nivel arquitectónico y religioso, la creación de grandes monumentos megalíticos (menhir, dolmen o crómlech) con diferentes utilidades, como la de enterramiento, la ritual o ceremonial (Crómlech de Stonehenge), o la propia demarcación territorial. Aunque también inventaron cosas tan importantes como la rueda, el telar o el arado, o usaron la vela para navegar utilizando la fuerza del viento… ¡Eran humanos muy inteligentes!

REPASA EL NEOLÍTICO CON ESTAS ACTIVIDADES

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