Este juego está pensado para practicar el conteo con los más pequeños y aprender a reconocer bien los números y las operaciones matemáticas. Hemos llamado a este juego “Un lío de charcos”, y es una estrategia diseñada para que los niños se acerquen a las matemáticas de una forma simpática y divertida, lo que permite que los niños comiencen sus primeros años en el colegio sin asociar las matemáticas con el aburrimiento.

Se trata de un juego simple que apenas necesitará preparación, ni materiales, y además permite el movimiento en el aula, lo que siempre puede servir para aliviar tensiones y mejorar nuestra salud física y mental. Su mecánica sencilla permitirá también que el juego pueda adaptarse a cualquier nivel.

 

Cómo jugar a ¡Un lío de charcos!

¿A qué niño no le encanta saltar en los charcos? Pues esta idea tan maravillosa fue la que inspiró este fantástico juego matemático. Por si fuera poco, nos permitirá saltar charcos sin ensuciarnos, aunque hacerlo sea igualmente fantástico y memorable.

Como materiales tan solo necesitaremos papel azul (a poder ser con algo de grosor, como las cartulinas), tijeras y marcadores. Deberemos dibujar en la cartulina charcos de agua con diferentes formas y recortarlos. También pueden ser todos con la misma forma si buscamos una dinámica más rápida.

Una vez tengamos una buena pila de charcos (la cantidad que se necesite dependerá de los números con los que quiera trabajar el profesor) escribiremos un número en cada charco, tarea que se podrá hacer en clase con los niños o hacerse previamente por parte del maestro/a. Los números deberán hacerse bien grandes, para que puedan verse bien a la hora del juego.

Por ejemplo, podemos elegir trabajar con los números del 10 al 20, pero esto dependerá de la edad de los participantes, pudiendo ser del 0 al 5 si son niños muy pequeños o cifras más complejas para los más mayores. Una vez que los charcos estén listos… ¡comenzará el juego!

 

Instrucciones para este juego matemático:

  • Coloca todos los charcos con números en el suelo, con el suficiente espacio para como para que los niños salten bien de un número a otro. Si no hay suficiente espacio en el aula retirando las mesas y las sillas, podremos jugar en el gimnasio o en el patio.
  • Para tener una mayor seguridad, será imprescindible pegar los charcos al suelo con el fin de evitar resbalones, lo que podremos hacer con cinta de embalaje o de carrocero. Si aun así no estamos seguros de su adherencia, podremos hacer que los niños salten justo delante de los charcos y NO encima de ellos.
  • El juego debe realizarse por turnos con el objetivo de que cada niño vaya saltando en orden de un número a otro, lo que también permitirá al profesor poder evaluar a cada alumno con mayor detenimiento.
  • Como el objetivo principal del juego es practicar el conteo y la habilidad numérica, los saltos podrán hacerse también en sentido inverso, para aprender a contar de atrás hacia delante.
  • Los niños podrán ir contando en alto y procurar hacerlo cada vez más rápido. También se podrá jugar con relevos.
  • Si queremos añadir mayor complejidad, el profesor podrá elegir un número en el que deban pararse los niños en el turno. También se puede procurar que los niños salten de manera intercalada (lo suficientemente cercano como para que puedan saltar hasta ese charco). También se podrán introducir variantes como saltar a la pata coja, etcétera.
  • Si queremos trabajar además de conteo con operaciones matemáticas, podremos hacer lo siguiente: en lugar de decir un número, decir cosas como “salta al resultado de 1+5, etc. Esto permitirá a los peques trabajar en sus habilidades matemáticas mentales, así como en el reconocimiento de los números.

 

Posibles variaciones o ideas a añadir a nuestro juego

Deja que los niños practiquen el conteo salteado mientras saltan de charco en charco y ve sumando operaciones sencillas y cada vez más complejas. Lo interesante es que no siempre se esperen lo que va a suceder. Con los niños mayores puedes añadir el trabajar con las tablas de multiplicar y dejar que salten a la respuesta.

Este juego de matemáticas admite casi variantes infinitas, y los niños se beneficiarán también del ejercicio físico mientras trabajan con los números. Si quieres hacerlo todavía más dinámico, añade música con sonidos de ambiente y de lluvia, y pide a los niños que lleven unas botas de agua y un paraguas para añadir más emoción y diversión a las rondas de saltos.

Y si algún día ha llovido de verdad y ya ha salido el sol… ¡nada mejor que hacer la dinámica al aire libre para saltar bajo la estela del arcoíris con el calzado adecuado!




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