Este juego, al que hemos llamado “Huevos a la cesta”, ha sido ideado para trabajar las restas utilizando de fondo la temática de los conejos y los huevos de Pascua, esos que se pueden pintar de colores y que se esconden en parques y jardines para que los más pequeños jueguen durante las fiestas de Semana Santa, celebrando la vida y la primavera.
Esta temática de los huevos de Pascua gusta mucho a los niños, no solo porque está asociada con el buen tiempo, sino porque supone jugar al aire libre y con un montón de colores alegres y divertidos. Por este motivo, emplear la Pascua con el trabajo de las matemáticas y de la resta en particular, puede ser una excelente forma de que los niños aprendan y practiquen con muchas más ganas. ¿Te animas a probar?
Cómo jugar a Huevos a la cesta
Para jugar a huevos a la cesta necesitaremos dos tipos de huevos: un buen número de huevos cocidos que decoraremos previamente con temperas, y el mismo número de huevos de plástico de colores, de esos que se pueden encontrar en cualquier tienda de manualidades o superficie comercial (tipo huevos kínder, que se puedan abrir y cerrar y tengan espacio para guardar cosas dentro).
Si no queremos tomarnos la molestia de utilizar huevos cocidos, podremos usarlos también de plástico, pero diferenciando en este caso muy bien los colores para que podamos saber cuáles serán unos y otros.
Los huevos cocidos y pintados serán los que representen a los tradicionales huevos de Pascua, y deberán incluir un número (de 1, 2, 3 cifras o como queramos). Este número podrá ir pintado también o pegado con un papel. Los huevos de plástico de colores contendrán las operaciones (en este caso de RESTAS) y la cantidad a restar (que también podrá ser de 1 o de más cifras).
También necesitaremos unas cestas, que serán las que deberán llevar los niños que participen en la carrera de huevos de Pascua en cada turno.
Instrucciones para este juego matemático:
Lo ideal es que este juego de restas con huevos de Pascua lo desarrollemos en un patio, parque o jardín, pero también podría llevarse a cabo perfectamente en el aula o en el gimnasio del colegio. Es un juego ideal para la primavera y el buen tiempo, pero podrás realizarlo el resto del año sin problemas, porque a los niños les encantará igualmente.
Antes de comenzar el juego, el profesor deberá coger los huevos de Pascua pintados (y con su número o números correspondientes) y esconderlos por diferentes partes de la zona en la que se vaya a jugar. A través de un silbato o de cualquier otra señal (también podrá ser el comienzo de una canción) los niños deberán coger su cesta y comenzar la carrera. Dicha carrera consistirá en moverse por el lugar buscando el mayor número posible de huevos. Cuando termine la canción o el profesor haga sonar de nuevo el silbato, la carrera terminará y cada niño deberá hacer recuento de los huevos recogidos en las cestas.
La complejidad de las zonas de escondite dependerá de la edad de los niños, pero no deben ser nunca demasiado complejos, ya que de lo que se trata es de que puedan realizar el mayor número de operaciones matemáticas posibles. Una vez realizado el conteo, cada niño deberá anotar su número o números en la pizarra, por ejemplo: uno niño ha recogido tres huevos con el 13, el 5 y el 26 respectivamente. A continuación deberá coger tres huevos de plástico para ver la operación completa que deberá realizar con dichos números, por ejemplo: RESTAR 4, RESTAR 5 y RESTAR 12.
La complejidad de los números y de las operaciones siempre deberá coincidir con el nivel de la clase en el momento del juego. Cuando todos los niños hayan terminado de resolver sus operaciones en la pizarra, se volverán a esconder los huevos y se comenzará otra ronda de niños, a los que los primeros entregarán sus cestas (los niños a los que se les entregue una cesta serán los siguientes en correr).
Posibles variaciones o ideas a añadir a nuestro juego
Este juego matemático de Huevos a la cesta es una forma divertida de practicar el reconocimiento y el conteo de números, así como la resta, mientras los niños se mueven y disfrutan jugando y corriendo al aire libre. Además es un juego muy sencillo que permite trabajar a la perfección con otras operaciones matemática y es ideal para familiarizarse con números positivos y negativos.
Podemos hacerlo más divertido haciendo que los niños corran en parejas espalda con espalda, del brazo, a la pata coja, o metiendo los huevos en la cesta poniéndolos primero en una cuchara que uno de los miembros de la pareja sujetará con la boca y conducirá hasta dicha cesta para su posterior recuento.