Se les llama ‘venus paleolíticas’ a ciertas figuras femeninas artísticas de la antigüedad que se fabricaban en marfil, asta, hueso, piedra, terracota, barro o madera. Pero fue en la época en la que el arte estaba comenzando a tomar forma, cuando apareció una de las figurillas o venus más conocidas hoy, en la que se representaba a una mujer asociada con la maternidad y la feminidad: la llamada “Venus de Willendorf”.

Sabemos que Venus es la diosa romana del amor, y hace miles de años era asociada a la belleza femenina y muchos artistas la representaban de diferentes maneras, aunque nuestra Venus de Willendorf, en realidad es mucho más antigua (¡es paleolítica!). ¿Quieres saber más sobre su historia?

La Venus de Willendorf fue descubierta a inicios del siglo XX por el grupo del arqueólogo Josef Szombathy en un cazadero de mamuts, en la región de Austria (aunque la figura pertenece al territorio de la República Checa). Es una pequeña estatua de piedra caliza de unos 11 centímetros de longitud, la cual representa a una figura femenina rojiza. Para crear esta figura se usó la técnica del tallado, que consiste en ir picando la piedra hasta lograr una figura.

Esta figura, aparentemente sencilla, causó mucha impresión porque se estima que es una escultura de más de 20.000-27.000 años de antigüedad. De la misma forma, ha habido casi 150 figurillas de venus por toda Europa y Asia, aunque la Venus de Willendorf es considerada la más antigua de todas.

 

Venus de Willendorf para niños

 

Venus de Willendorf: forma y significado

La figura de la Venus de Willendorf es la representación de una mujer robusta, con senos caídos frente a ella, y dos brazos delgados reposando sobre su pecho. La figura está completamente desnuda, no tiene un rostro aparente, tiene cabello rizado o con indicaciones de trenzas, y no posee pies tallados. Sus muslos son abultados y necesita de otra pieza para mantenerse de pie.

Desde su descubrimiento ha habido muchas interpretaciones para la figurilla: desde que pudiese ser un trofeo para cazadores, hasta un simple juguete, o un talismán para la buena suerte y la fertilidad, o tan solo una representación de la belleza de la época (se cree que antes las mujeres más robustas eran las más bellas por ser sinónimo de fertilidad, buena salud y embarazos). Debemos tener en cuenta que, en la etapa cazadora y recolectora a la que pertenece la figura, la corpulencia se debía asociar a un alto estatus y bienestar.

Además, las investigaciones indican que las personas que hicieron esta estatuilla vivían en una era del hielo, donde la mayor masa corporal era algo muy preciado. Es como la hibernación para los animales: se tiene que aumentar la masa corporal para poder sobrevivir, por lo que la figura podría ser también un símbolo de supervivencia.

Es decir, que la figura de una mujer gruesa y corpulenta que presenta nuestra Venus de Willendorf era considerada como de clase social superior, deseable y buena para la maternidad y el mantenimiento de la especie. Además, sus curvas siempre han sido asociadas con lo femenino, como las líneas rectas a lo masculino.

La falta de pies de la figura puede deberse a que, al ser de tribus nómadas (que se desplazaban a diferentes lugares para vivir, sin asentarse en un solo sitio), la figura no necesitaba reposar en algún sitio, sino que podría dejarse libremente en cualquier lado, como un amuleto, siendo así más fácil de transportar (obras mobiliares o arte mobiliar).

Otras Venus famosas en el mundo del arte son: la Venus de Vestonice, la Venus de Lauseel (siendo una forma tallada en muro, en vez de ser una figurilla) o la Venus de Lespugue, hecha en marfil. Estas figuras hacen pensar que la forma femenina ha sido un tema muy importante desde el inicio del arte, siendo de las primeras representaciones junto con el arte rupestre de las cavernas.

La pieza de la Venus de Willendorf tiene mucha importancia histórica, puesto que no existía la escritura formal por aquel entonces, por lo que es muy difícil saber cómo vivían o qué pensaban las sociedades antiguas y dicha información podemos extraerla del arte. Por ello, una pieza que venera a la figura femenina, nos hace ver que desde hace milenios el ser humano ha sentido respeto y fascinación por la mujer, así como por su poder y capacidad de dar vida.




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