La cultura mesopotámica ha dejado una gran parte de sus vestigios a nuestra época actual, y por eso conocemos muchos de los detalles de esta antigua y rica cultura. Sus diversos reinados y su crecimiento económico, debido a las ubicaciones estratégicas de sus ciudades, hicieron de esta una civilización excepcional que inspiró a muchas otras que marcarían la historia más adelante.

El Zigurat de la ciudad de Ur es una de las muestras mejor conservadas de este tipo de templos piramidales que reflejaban las creencias del pueblo sumerio. Pero… ¿quieres saber más? ¡Pues sigue leyendo y aprende todo lo importante acerca del Zigurat de Ur!

 

¿Qué es un zigurat?

 

Los zigurats son estructuras imponentes de generalmente tres pisos, aunque podían llegar a alcanzar los siete pisos. Eran las figuras más significativas de la antigua Mesopotamia, elevándose entre las llanuras desérticas.

El zigurat era el centro de atención de prácticamente todas las ciudades importantes, como ahora consideraríamos los rascacielos u otros grandes monumentos. Debido a esto, los zigurats se elevaban al lado del palacio de los monarcas, de los tribunales de justicia, de las residencias sacerdotales o de las tesorerías, pues así se señalaba la zona de más poder.

Este tipo de estructura arquitectónica permaneció durante 1500 años, y esto hace que pudiéramos pensar hoy podemos visitar muchos zigurats de la época sumeria, pero nada de eso, ya que  debido a los materiales que utilizaban para la construcción, la mayoría de los zigurats ya no existen o están en ruinas.

 

que es el Zigurat de Ur

 

¿Qué función tenía el Zigurat de Ur?

 

El Zigurat de Ur fue construido para venerar a la diosa Nanna, cuyo nombre significa luna en sumerio. Todas sus torres escalonadas cumplían un par de funciones principales, que eran: honorar la grandeza del dios para el cual se creó el templo y reflejar el poderío del rey y de la ciudad que gobernaba, funcionando también como un espacio a través del cual podían conectarse con el mundo espiritual de los dioses.

Las escalinatas del Zigurat de Ur permitían que los súbditos llevaran ofrendas a sus dioses en ocasiones especiales, como en año nuevo, por ejemplo. En la actualidad podemos afirmar que los sumerios consideraban que las edificaciones elevadas estaban destinadas a cultos religiosos, debido a su altura y a la conexión que esta les proporcionaba con sus dioses (creían que así estaban más cerca del cielo). Por ende, la población solo podía habitar en construcciones bajas.

Estos edificios piramidales también representaban el poderío del rey como “dictador piadoso”, y es que esta era una de las características que todos los monarcas debían tener según el código de Ur-Nammu, un código de leyes sumerio muy importante con el que se regulaba la economía, que se creó durante el reinado del mismo nombre, el rey Ur-Nammu (Nammu de la ciudad de Ur).

 

Zigurat de Ur dibujo

 

¿Cómo se construyó el Zigurat de Ur?

 

Tal vez pensarás que el Zigurat de Ur es el único zigurat importante, pero no es así. Durante el periodo de “El Obeid” (o Ubaid, que es el periodo protohistórico durante el cual se fue desarrollando Mesopotamia) se levantó este templo,  pero durante el mandato del rey Amar Sin también se levantó otro importante del que debes tener constancia, el templo de Eridu.

Pero fue en Ur, la capital del reino (ahora Irak), donde se construyó el zigurat más famoso y del que estamos hablando, que fue levantado en el siglo XXI a. C. por el rey Ur-Nammu y posteriormente reconstruido varias veces hasta caer en el olvido.

El Zigurat de Ur fue redescubierto en 1850 por William Kennett Loftus, sin embargo, las primeras excavaciones fueron realizadas bajo el comando de John George Taylor, que reconoció las ruinas como la ciudad de Ur.

El monumento, en consecuencia, tiene más de 4.000 años de antigüedad, y la última vez que fue restaurado fue en la década de los noventa con fines turísticos. Actualmente, y desde el año 2016, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.




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