Concepto:

¡Homófonas! ¡Palabras homófonas! Las hemos visto varias veces y hemos entendido que todas ellas tienen diferentes significados, pues ahora aprenderemos a diferenciar y a escribir con propiedad las palabras ‘cayo’, ‘callo’, ‘cayó’ y ‘calló’.

Suena todo como un enredo muy enredoso, pero la verdad es que es muy fácil y esta lección te ayudará a extender sobremanera tu léxico. Veamos primero los diferentes significados de todas estas palabras:

  • Cayo: un ‘cayo’ es como se le llama a una isla pequeña, muy arenosa, por ejemplo, el Cayo Santa María, de Cuba, que es muy popular por sus playas cristalinas y por los deportes acuáticos que allí se practican.
  • Callo: ‘callo’ pueden ser dos cosas, una es del verbo ‘callar’, y es cuando habla uno mismo en presente y decimos ‘yo callo’ o ‘yo me callo’. Un ‘callo’ también se le dice a una dureza en la piel, que puede salir en manos y pies, generalmente por esfuerzo físico o por una excesiva presión en un área.
  • Cayó: este término es del verbo ‘caer’ y se dice cuando se habla del pasado en el que una persona se ha caído. Podemos decir ‘él se cayó por las escaleras’.
  • Calló: también pertenece al verbo ‘callar’, pero en el pasado, cuando nos estamos refiriendo al silencio de alguien más. Podríamos decir ‘ella se calló la boca’.

Todo esto suena un poquito lioso, pero la verdad es que no lo es, tan solo se trata de aprender todas las palabras con una imagen distinta:

  • Cayo: imagina una isla.
  • Callo: imagina manos y pies duros.
  • Cayó: alguien que se tropezó al caminar.
  • Calló: alguien que guardó silencio.

Muchas palabras parece que suenan igual pero se escriben distintas y, cuando se habla con naturalidad, de eso de lo que estemos hablando hará que todo cambie su significado. Por eso es importante seguir investigando sobre este tipo de palabras y así no tener ninguna duda en el futuro.

¡A seguir con la lectura todos los días!

Ejemplo:

Veamos algunos ejemplos sobre cómo usar estas palabras de forma individual:

¡Vamos con cayo!

  • Me gusta ir a los cayos porque son pequeños y no hay mucha gente.
  • El Cayo Santa María tiene hoteles muy bonitos.
  • Quiero ir de vacaciones a una playa, isla, islote o cayo.

¡Seguimos con callo!

  • De tanto escribir me salió un callo en la mano.
  • Mi abuela tiene muchos callos en el pie.
  • Yo me callo porque quiero, no porque me lo dicen.
  • Me callo para no molestar.

¡Cayó es el siguiente!

  • No veía por dónde iba y se cayó.
  • Ella se cayó por las escaleras, hay que ayudarla.
  • La manzana se cayó del árbol.

Y por último ¡calló!

  • Él se calló porque estaba haciendo mucho ruido.
  • ¿Quién no se calló en la biblioteca?
  • Después de haber molestado mucho, él se calló.

Claro que será difícil notar la diferencia de ‘cayo’ y ‘callo’, o de ‘cayó’ y ‘calló’ al escucharlo, porque suenan exactamente igual, pero ten en cuenta siempre el contexto o tema del que se está hablando. Si te dicen ‘me salió un cayo en el pie’, no pensarás que a esa persona le salió una pequeña isla en los pies. O cuando te digan ‘Su mamá le dijo que hiciera silencio y él se calló’, no creerás que esa persona decidió caerse por las escaleras… ¡Madre mía! ¡Este mundo es muy loco, mejor me callo!




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