El futurismo

Así, el 5 de febrero de 1909, el italiano Filippo Tommasso Marinetti publicó en Bolonia un Manifiesto del Futurismo en un conocido periódico italiano, publicándolo más tarde también en Francia, el 20 de febrero, en el diario Le Fígaro. En dicho Manifiesto Futurista (un manifiesto es una consigna o papel que junta los pensamientos y deseos de un grupo, un movimiento artístico, una empresa o un proyecto) Marinetti decía que el mundo del arte tenía un nuevo elemento que no se había transmitido del todo antes, y ese elemento no era otro que “el movimiento”, lo que se debió en buena medida al auge de los automóviles y del cine, que estaban llegando a la sociedad y calando en ella como algo nuevo y fantástico, otorgando a las personas una nueva forma de ver las cosas.

Sin embargo, el Futurismo también tuvo una “cara b” más oscura por parte de algunos artistas, que se fueron interesando por cosas como la agresividad, la violencia o el conflicto, llegándose a pedir desde algunos sectores la destrucción de instituciones tan importantes como las bibliotecas y los museos, y este es el principal motivo por el que el Futurismo es uno de los estilos artísticos más controvertidos.

¿Y por qué se llamó “Futurismo”? Pues porque aquellos artistas querían dejar atrás las antiguas técnicas o estilos del pasado haciendo cosas nuevas y osadas. Así, podemos decir que el Futurismo comenzó en Italia, y aunque Marinetti fue el autor principal del manifiesto en el que se expresaba un fuerte rechazo a las tradiciones del pasado, muchos otros artistas estuvieron involucrados con él, tanto del mundo de la pintura futurista como de la poesía, la escultura o la fotografía.

De hecho, tan solo un año más tarde, en 1910, se publicó también el “Manifiesto de los pintores futuristas”, un documento firmado por un grupo de artistas italianos que buscaban promover el arte futurista al igual que Marinetti, y entre los que se encontraron Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Giacomo Balla, Gino Severini o Luigi Russolo, artistas que abogaban por cosas como la velocidad, la tecnología o la dinámica de la vida urbana, todos signos de la modernidad reciente.

Imagina ahora una época en la que los coches apenas comenzaban a circular y los aviones a despegar por primera vez, con escenas en el arte de gente caminando u objetos moviéndose, marcando una nueva forma de expresar las escenas en las artes plásticas y en otros ámbitos, como en el mundo de la arquitectura futurista o en el del movimiento literario del mismo periodo.

Y es que a principios del siglo XX muchas cosas estaban cambiando de forma muy rápida, con la aparición de nuevas máquinas y nuevas formas de comunicación como el teléfono. Cambios con los que algunos artistas estaban tan emocionados, que tuvieron que buscar nuevas formas de expresar ese sentimiento tan grande que les suponía ese mundo cambiante y prometedor. De esta forma se inspiraron en elementos como la velocidad o la energía, usando líneas y formas dinámicas que dieran sensación de movimiento y vida, como podemos ver en la obra “Dinamismo de un ciclista” de Umberto Boccioni (1913).

El color también sería muy importante en el Futurismo, usando tonos muy brillantes y llamativos, y cada vez existían más elementos que ayudaban a las pinturas y a las obras artísticas en general a expresarse mejor. ¡Por eso es muy propia de la época la sucesión de imágenes de automóviles, ciudades, rascacielos o incluso películas!

Y fue tanto su impacto que, incluso hoy en día, vemos sus trabajos para expresar movimiento dentro de los cómics, donde los personajes usan elementos que les ayudan a ver como si estuvieran moviéndose, saltando, peleando, volando o haciendo alguna otra acción.

El Futurismo, además de todas sus características y de todos sus cambios, logró que muchas otras corrientes artísticas nacieran después, demostrando que siempre hay diferentes formas de expresarse en la vida y sin necesidad de copiarse de otros estilos, sino siendo original y siguiendo los principios propios de una forma sincera y dinámica. Algo que también podemos ver en otro tipo de arte, como por ejemplo el cine, a través de la icónica película “Metropolis” de 1927: una película alemana muy influenciada por el movimiento futurista y sus preceptos.

Sin duda, el Futurismo fue un movimiento artístico muy interesante en el cual se insertaron artistas futuristas de distinto tipo, todos contribuyendo en su estilo a su desarrollo y popularización. ¡Veamos ahora el nombre de algunos de los más importantes y sus obras más conocidas!

• Umberto Boccioni (1882-1916). Boccioni fue uno de los artistas más importantes del futurismo, y su obra “Desarrollo de una botella en el espacio” fue una de las más emblemáticas del movimiento, mostrando una representación dinámica y fragmentada de un objeto en movimiento.

• Giacomo Balla (1871-1958). Balla fue conocido fundamentalmente por sus representaciones de la velocidad y de la luz. Su obra “Dinamismo de un perro con correa” es un ejemplo destacado, en la cual capturó la figura de un perro en movimiento, con numerosas imágenes superpuestas para dar la sensación de dinamismo y velocidad. ¡Todo un icono del Futurismo!

• Luigi Russolo (1885-1947). Russolo fue un futurista que se interesó especialmente en la música y el sonido. Es conocido por su “Manifiesto de los músicos futuristas o Arte de los ruidos”, y por inventar instrumentos musicales que buscaban capturar los sonidos de la era moderna.

• Gino Severini (1883-1966). Severini fue un pintor futurista que exploró ampliamente temas como la danza y la vida urbana. Su obra “Bailes en la primavera” es un buen ejemplo de su estilo dinámico y colorido, y de cómo los futuristas incorporaron elementos de otras vanguardias en sus trabajos, al igual que ocurre con su “Bailarina azul”.