Aunque ya existen muchas formas de saber qué hora es sin apenas esfuerzo (redes sociales, Alexa, ordenadores, teléfonos móviles…) sigue siendo muy importante que los niños pequeños aprendan a decir la hora de la manera tradicional, pues siempre ha sido uno de los aprendizajes iniciales y esenciales de la escuela.
Decir la hora es una habilidad básica, casi como pueda ser la de vestirse o atarse los zapatos, y puede ser divertido aprenderlo si sabemos dar con los materiales y con las didácticas adecuadas. Es cierto que enseñar a los niños a decir la hora puede ser un poco frustrante al principio, pero una vez que vayan aprendiendo a identificar alguna hora concreta, cada vez se sentirán más motivados a continuar, y así hasta que llegue un momento en el que estén deseando que sus papis les pregunten “qué hora es” a cada momento.
Por supuesto, enseñar a los niños a decir la hora puede ser un completo desafío y sin duda requerirá de cierto esfuerzo, pero como todo esfuerzo tiene su recompensa… ¡merecerá mucho la pena!
Cuaderno de trabajo para aprender a decir la hora
Por eso, enseñar a los niños a decir la hora (además de ser algo absolutamente necesario) también puede ser una experiencia alegre, pero para conseguirlo deberemos hacernos con juegos interesantes y con actividades visualmente atractivas que permitan a los más pequeños acercarse a este aprendizaje sin que les resulte demasiado tedioso.
Así, con el cuadernillo para niños de la hora que encontrarás a continuación, los peques podrán ensayar con pequeños relojes analógicos con el objetivo de que transcriban la hora correcta que corresponde a cada animal y anotarla en su bocadillo. Es decir, que los niños deberán ayudar a los animales con la respuesta, para que ninguno se quede sin decir la hora que marca su reloj. Aunque requiere de ciertos conocimientos previos, este cuadernillo será muy útil para abordar este tema y para practicar.
Y es que, aunque pueda parecer fácil para los mayores este aprendizaje de las horas y del uso del reloj (sobre todo por el hecho de que hace mucho que tenemos ese conocimiento), no debemos olvidar que hubo un momento en que lo aprendimos, y ayudar en consecuencia a los peques a conseguirlo también. Hacerlo fácil y divertido… ¡corre de nuestra cuenta!
