Los mandalas son actividades muy apreciadas tanto por grandes como por niños pequeños, así como por los maestros, que los utilizan como un recurso excelente más en su día a día. Y es que los mandalas son un gran medio para expresar y dejar fluir las emociones, inspirándonos armonía, paz y un mayor grado de autoconciencia mientras los realizamos.

La palabra mandala (procedente del idioma indio “sánscrito”), significa “círculo, centro, unidad, totalidad”, por eso todos sus modelos presentan diseños circulares cuyos dibujos convergen hacia el centro, que simboliza el infinito. Esto se explica también porque en la tradición oriental la figura del círculo representa lo “Divino” así como su manifestación, aunque lo cierto es que este símbolo del círculo se encuentra en todas las culturas y tradiciones, tanto occidentales como orientales, porque la figura del círculo es símbolo de la vida: nacimiento, madurez, muerte y resurrección o renacimiento.

 

Los efectos y beneficios positivos de los mandalas

En definitiva, la figura del mandala se asocia con lo positivo, y positivos son también los efectos que producen en las personas que los practican. Cualquier persona puede beneficiarse de dichos efectos positivos, pero especialmente los niños, que aún se encuentran en una fase de desarrollo.

Por eso, que los niños trabajen y realicen mandalas divertidos y especialmente adaptados para ellos, sirve para que alcancen un buen nivel de calma (algo ideal para niños especialmente nerviosos), para que practiquen la relajación y la concentración, o midan el nivel de resistencia y paciencia que tienen. Y, según la tradición oriental, al colorear mandalas también podremos encontrar ese camino tan necesario hacia el centro y sentir la energía que emana de él.

Esto quiere decir que cuando un niño, o cualquier otra persona, da color a un mandala, lo hace también con su energía y su estado mental, porque el mandala se convierte en un espejo que facilita a las personas el expresar sus emociones.

Si lo pensamos bien, casi todo lo que nos rodea es circular o con forma de mandala: los átomos, la tierra, el universo… ¡incluso nuestros ojos!

 

Mandalas divertidos de animales para niños

En este post queremos compartir con vosotros una bonita colección de mandalas para niños descargable, con la cual los peques puedan disfrutar del tiempo libre y hacerlo de una forma didáctica y enriquecedora.

Puedes también probar a que cada mañana los niños dibujen una pequeña figura circular que se asemeje a un mandala y cuyo interior sea diseñado con el estado de ánimo que tengan. Esta actividad puede ser muy interesante también para conocer el verdadero estado de ánimo o las preocupaciones o deseos de un niño.

Los mandalas infantiles son un excelente ejercicio para colorear para los más pequeños, porque las formas y los colores del mandala son, además, una invitación a jugar y permiten que el niño se concentre, ganando equilibrio y tranquilidad. Durante el proceso de colorear de un mandala y gracias a las formas simétricas colocadas alrededor de su centro, los niños (que con demasiada frecuencia sienten las tensiones experimentadas por los adultos y de las circunstancias que les rodean) logran relajarse, concentrarse y, al mismo tiempo, desarrollar su calma y su equilibrio. Dicho de otra forma, los mandalas son herramientas únicas para estimular la imaginación de los niños y ayudarles a enfocar y facilitar la expresión de su mundo interior.

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