¿Sabías que los Juegos Olímpicos tuvieron su origen en la antigua Grecia? Pues sí, y hace nada más y nada menos que casi 3.000 años. Más concretamente, tuvieron su origen en Olimpia (una antigua ciudad griega) en el año 776 a. C., y consistían en unas jornadas deportivas basadas en carreras que se organizaban cada cuatro años en honor al dios Zeus. Con el tiempo, la fama que fue adquiriendo esta fiesta en honor al dios fue inmensa, y con ella se fueron añadiendo poco a poco también más especialidades y competiciones deportivas.
La antigua ciudad de Olimpia
Olimpia fue una ciudad griega de la antigüedad clásica situada en la región del Peloponeso, entre el sur y el este de Grecia. Fundada en torno al siglo X a. C., se cree que pronto fue una ciudad con un importante papel en el culto religioso, especialmente en honor al dios Zeus, honores que llevarían incluso a la celebración de los propios Juegos Olímpicos, como hemos podido ver.
De hecho, uno de los lugares más importantes de la antigua Grecia era precisamente un santuario que había en honor a Zeus en la propia ciudad de Olimpia, construido en el silgo V a. C. y hogar de una estatua del dios que formaba parte de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
En cuanto a los juegos, estos fueron desarrollándose y adquiriendo cada vez más importancia, celebrándose en un estadio rodeado de verdes colinas que tenía la ciudad y que daba cabida a unas 40.000 personas y que tenía una enorme pista con unos 192 metros de longitud.
Hoy en día solo se conservan algunas ruinas de la antigua ciudad de Olimpia, que precisamente incluyen el estadio de los Juegos Olímpicos, el templo en el que se encontraba la estatua de Zeus y la zona en la que entrenaban los atletas, que era un lugar denominado “palestra”, una sala de reuniones y un gimnasio.
Estructura y funcionamiento de los Juegos Olímpicos
Los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, como hemos señalado anteriormente, fueron añadiendo poco a poco múltiples eventos deportivos además de las carreras pedestres, como el lanzamiento de disco o de jabalina, las carreras de caballos, el salto de longitud, la lucha y el boxeo o la combinación de ambos, que era una disciplina que recibía el nombre de “pancracio”.
Sin embargo, y a diferencia de la actualidad, en aquellos Juegos Olímpicos solo participaban los hombres libres de Grecia, que eran personas que debían tener una vida ejemplar y limpia de delitos, algo que debían incluso jurar no tener. También eran personas que debían ser fuertes, pues se sometían a entrenamientos durísimos que duraban casi un año entero, con el objetivo de competir y poder clasificarse llegado el momento.
Cuando llegaba el momento de la celebración, los juegos se iniciaban con una ceremonia de carácter religioso en honor a Zeus, aunque también al resto de dioses griegos, a la que seguía una procesión compuesta por los atletas que participaban cuyo destino era el mismo estadio de la ciudad de Olimpia. Después se encendía una antorcha para simbolizar el inicio de los juegos y se transportaba a través de una serie de relevos hasta llegar al estadio. Allí, además, los espectadores que acudían a ver el espectáculo y las competiciones amenizaban las jornadas con cánticos e instrumentos variados, así como con sacrificios y banquetes en honor a los atletas.
Finalmente (y a pesar de que los juegos se siguieron realizando durante mil años), con la llegada de las guerras y los diferentes episodios de crisis que tuvieron lugar en Europa a finales de la Edad Antigua, así como con el cambio de paradigma en cuestiones de religión, la posibilidad de seguir realizando los juegos se fue haciendo cada vez más difícil, siendo suspendidos en el año 393 d. C. por el emperador romano Teodosio I (que los consideraba paganos) y ya no volverían a celebrarse hasta finales del siglo XIX.
La huella de los Juegos Olímpicos griegos
Los Juegos Olímpicos fueron algo tan importante en la antigüedad que traspasó fronteras, dejando una huella que perduró con el paso de los siglos en el recuerdo de toda la cultura occidental. Muchos fueron también los personajes famosos e intelectuales que visitaron la antigua ciudad de Olimpia, como por ejemplo fue el caso del filósofo Aristóteles o Platón, que incluso habló de los juegos en su obra llamada “Las Leyes”.
Y con el tiempo, aquella huella que habían dejado los Juegos Olímpicos inspiró la creación de los llamados “Juegos Olímpicos modernos” y que son los que hoy conocemos, cuyo nacimiento quiso devolver a la vida una magnífica tradición que merecía seguir adelante, ahora a nivel mundial. Debes saber también, en este sentido, que la primera ceremonia de los Juegos Olímpicos modernos tuvo lugar en la ciudad de Atenas, en Grecia, en el año 1896…¡Hace ya más de un siglo!
