Este gigante acuático que es el río Mekong, se encuentra ubicado en el sudeste asiático, atravesando países como Tailandia, Camboya, Vietnam o China, y es muy conocido por los numerosos peces gigantes que han sido descubiertos en sus aguas. Pero el río Mekong también se ha caracterizado por los inmensos bancos de arena que han sido dragados de sus terrenos para la realización de materiales de construcción para las grandes urbes de Asia. Pero, ¿qué tal si vemos más datos ahora con más detenimiento?
Características generales del río Mekong
El río Mekong posee características únicas, como su productividad, su dinamismo y su utilidad para millones de personas. Así mismo, su biodiversidad o cómo sirve para la subsistencia de muchísimas personas, hacen que se trate de un río digno de estudio.
Origen y nacimiento del río Mekong
El río Mekong es uno de los afluentes más importantes de Asia y aporta múltiples beneficios a las millones de personas que habitan en sus riberas, las cuales se encuentran compartidas entre seis países.
El río Mekong se caracteriza también por ser muy caudaloso. Nace en la Cordillera del Himalaya, las montañas más altas del mundo, para abrirse camino después por el territorio tibetano, por China, Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, con una longitud de 4.880 kilómetros de largo, por lo que es el octavo río más largo del mundo.
A su vez, es uno de los ríos más contaminados del mundo, debido a que posee un excesivo agente tóxico en sus aguas, producto del uso indiscriminado de los fertilizantes de cultivo. Este hecho es bastante triste para el planeta, puesto que la cuenca de este río posee unos 810.000 kilómetros cuadrados que habían sido catalogados como un reservorio natural de Asia.
Otras características del río Mekong
Fauna y flora del río Mekong
¿Sabías que el río Mekong es la segunda zona en biodiversidad más importante de la cuenca del Amazonas? Y esto nos indica que la presencia de especies vegetales y animales es muy amplia, destacando ampliamente la presencia de peces, con más de 1.200 especies, como la carpa gigante, el pez drácula, la raya o el pez gato gigante. En cuanto a los mamíferos, podemos encontrarnos con el tigre indochino, el elefante asiático o el antílope saola.
Por su parte, a nivel de flora podemos destacar unas 20.000 especies de plantas diferentes, así como bosques caducifolios, manglares o humedales, pues las lluvias son muy abundantes bajo un clima que va de tropical a templado.
Importancia del río Mekong
Como veíamos, el río Mekong se posiciona como el segundo río más rico del mundo en cuanto a su biodiversidad, solo superado por el río Amazonas, y es el primero en cuanto a la producción pesquera del mundo. Sus aguas aportan los nutrientes necesarios a la tierra húmeda de plantaciones de arroz, que alimentan a millones de asiáticos en la región, y esto lo convierte en un río vital para la zona.
Pero el Mekong también es un generador de energía hidroeléctrica, pues se aprovecha el movimiento brusco de sus aguas para generar dicha energía, y en su recorrido hacia el sur se pueden visualizar hasta 80 presas de energía que aportan electricidad a más del 60% del territorio, con una potencia en voltios de más del 50%. Lamentablemente, este tipo de construcciones están generando una afectación severa en la vida animal y en las especies vegetales del área, ya que se desforesta la zona y el efecto es muy contraproducente, pues por un lado se beneficia la población por la electricidad y por el otro se perjudica el medio en el que se encuentra la fuente vital de proteínas y alimentos de los seres vivos cercanos.
Amenazas importantes para el río
Acabamos de ver cómo la sobreexplotación de los recursos del río Mekong ha generado un impacto muy negativo en la vida animal del mismo, sobre todo en la zona del delta donde se observan los mayores estragos, o cómo los habitantes de las zonas que rodean este río son los más pobres, pues la mayoría de los recursos del río son explotados en las zonas del norte de la cuenca.
Pero eso no es todo para el río Mekong, pues el cambio climático también altera los patrones de lluvias, incrementa la sequía, los monzones y el deshielo de su cauce, y la contaminación que sufre conduce por lo menos el 90% de los plásticos que van a parar finalmente a los océanos.
