Mesopotamia y su civilización

Consideramos a la antigua Mesopotamia (región situada entre el río Tigris y el río Éufrates) la cuna de la civilización, debido a que las primeras ciudades e imperios más destacados se formaron allí a finales de la Prehistoria: Sumeria, el imperio acadio, el imperio asirio, el imperio babilónico… Aunque, entre todos ellos, los sumerios serían los primeros en formar pueblos y ciudades gracias a que ya utilizaban el riego para cultivar y recolectar, entre otras cosas. Además, los sumerios llegaron a establecer grandes y poderosas ciudades-estado en las que construían “zigurats”, templos similares a las pirámides que construían para sus diferentes dioses, como por ejemplo Anu, el dios del cielo. ¡Comenzaban a dominar también la arquitectura y los monumentos de carácter religioso y ceremonial!

Así, fueron muchas las ciudades sumerias que destacaron en Mesopotamia, como por ejemplo la ciudad de Ur, Uruk, Eridu o Nippur. Uruk (situada al sur de Mesopotamia, muy cerca del río Éufrates) fue una de las primeras ciudades importantes de la historia, cuna de los sumerios, y alcanzó su mayor apogeo en torno al año 2900 a. C., convirtiéndose en la más gran del mundo con unos 80.000 habitantes. El avance en las técnicas de la agricultura fue lo que permitió, precisamente, que la ciudad pudiese crecer tanto gracias a la abundancia de alimentos.

Otras ciudades destacadas de la antigua Mesopotamia fueron la ciudad de Akkad, Acad o Acadia, la ciudad de Nínive o la de Assur (sede del imperio asirio en la zona de la Alta Mesopotamia), o la ciudad de Babilonia (al sur de la región mesopotámica). Pero fue la ciudad de Acad la que se convirtió en el centro del primer imperio del mundo bajo el liderazgo de Sargón el Grande (imperio acadio), que conquistó muchas de las ciudades-estado sumerias tomando el control de Mesopotamia. No se sabe aún dónde pudo estar exactamente dicha ciudad, pero es probable que se encontrase entre Asiria y la zona de Sumeria, cerca del río Tigris y del río Diyala.

La ciudad de Babilonia, por su parte, fue la capital y el centro del conocido como “imperio babilónico” (imperio paleobabilónico e Imperio neobabilónico), y es que era por aquel entonces la ciudad más grande del mundo, con una población de más de 200.000 personas, siendo el hogar de autoridades tan importantes como el rey Hammurabi o los reyes Nabucodonosor I y Nabucodonosor II, así como sede de la famosa “Torre de Babel” o de los legendarios “Jardines Colgantes de Babilonia”… ¡Una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo!

Que fuese un lugar con tanta población hizo cada vez más necesaria la existencia de leyes que regulasen el comportamiento de los ciudadanos, siendo el llamado Código de Hammurabi el código escrito en piedra más influyente (aunque no el primero), compuesto por 282 leyes decretadas por el rey Hammurabi. ¡Eran muy inteligentes!

Conocemos a los sumerios por ser los miembros de la civilización que desarrolló la primera forma de escritura conocida en torno al 3500-3000 a.C. llamada “escritura cuneiforme”, pero los sumerios fueron mucho más. A medida que los pueblos sumerios se convertían en ciudades, la gente iba necesitando nuevas formas de anotar sus compras y ventas, de hacer registros de propiedades, etc., y así es como comenzaron a establecer símbolos para representar todas aquellas acciones, que se marcaban en tabletas o tablillas de arcilla. La vida cotidiana en Mesopotamia también comenzó a cambiar con los sumerios, dejándose poco a poco las aldeas pequeñas en las que la gente recolectaba y cazaba y dando paso a las grandes ciudades. La llegada de las ciudades fue provocando que las cosas y las costumbres cambiaran, surgiendo nuevas actividades y nuevos trabajos, además del de la agricultura, como el de los escribas, los comerciantes, los sacerdotes, los soldados, los funcionarios o los artesanos.

En cuanto a su sociedad, la figura más importante era la del rey y su familia, tras quienes se encontraban los sacerdotes. Otras figuras, como la de los administradores o los escribas también formaron parte de la clase alta y adinerada de Mesopotamia, pero siempre estaban por detrás de los sacerdotes y de los reyes. Además, por debajo de la clase alta, había también una pequeña clase media compuesta por artesanos, funcionarios y comerciantes, que se ganaban la vida dignamente y trabajaban muy duro para mejorar sus condiciones de vida. Por último, detrás de la clase media se encontraban los trabajadores y los agricultores, que eran la clase baja de la sociedad. Sin embargo, y a pesar de que eran las personas con unas condiciones de vida más duras, podían avanzar también y escalar de nivel, aunque con muchísimo esfuerzo. ¡Y aún hay más! Pues, detrás de la clase alta, la media y la baja, se encontraban todavía los esclavos, que eran personas consideradas propiedad del rey, o que se compraban y vendían entre la clase alta, capturadas habitualmente en las batallas.

Debes saber que el rey sumerio más famoso fue el rey de Uruk, llamado Gilgamesh, que con el tiempo se convertiría en un héroe y personaje mítico de la Edad Antigua, llegando a protagonizar numerosos relatos (como la Epopeya o Poema de Gilgamesh) que han llegado hasta nuestros días, basados en sus características y poderes sobrehumanos.

En Mesopotamia, la mayoría de la gente vivía en casas de adobe que eran de forma rectangular y que tenían dos o tres niveles. Los techos eran planos y la gente solía dormir en la parte de arriba durante el verano, terriblemente caluroso. De este modo, y para aislar un poco las casas del exterior y del duro clima, utilizaban ladrillos de barro que mantenían las casas algo más frescas en verano y lo suficientemente cálidas en invierno. Gracias a las tierras fértiles que generaban el río Tigris y el Éufrates, principalmente, podían cultivar muchos alimentos para sobrevivir, como el trigo y la cebada, con complejos canales de riego para mantenerlos.

En cuanto a su religión, los antiguos sumerios adoraban a muchos dioses y diosas diferentes, y estaban convencidos de que influían en gran parte de lo que les sucedía en sus vidas. La religión babilónica (sur de Mesopotamia) y asiria (norte de Mesopotamia) sería fuertemente influenciada por la de los sumerios, aunque cada ciudad tenía siempre su propio dios con su propio zigurat, que era donde vivían los sacerdotes y donde se hacían rituales y sacrificios. ¿Sabías que algunos zigurats eran enormes y que parecían pirámides escalonadas con una parte superior plana? ¡No confundas nunca un zigurat con las pirámides egipcias!

El arte y la poesía fueron también muy importantes en Mesopotamia, sobre todo en las ciudades más ricas. La mayor parte de la poesía y el arte tenían temas religiosos o trataban sobre los reyes, y a menudo eran historias que se transmitían de generación en generación. ¡Pero recuerda que no se escribían en papel!

La escritura inicial de los sumerios, que mencionábamos anteriormente, utilizaba imágenes o pictogramas simples, por ejemplo: un dibujo de la cabeza de una persona significaba la palabra “cabeza”.

Con el tiempo, la escritura de los sumerios o escritura cuneiforme (que significa “en forma de cuña” porque los escribas usaban el lápiz para hacer muescas sobre la arcilla en forma precisamente de cuñas) se desarrolló aún más incluyendo también sonidos y significados. Y, fue tan importante, que las civilizaciones mesopotámicas posteriores, como la asiria o la babilónica, también utilizaron la escritura sumeria.

Eso sí, debes saber que el idioma sumerio con el tiempo sería sustituido por el acadio como idioma principal de Mesopotamia hasta la llegada del imperio persa, momento en el que sería poco a poco también sustituido.